BCCCAP00000000000000000000740

La teología tiene, pues, una relación de origen con el kerigma evangélico. Pero además posee una conexión interna con el kerigma, conexión que autoriza a llamar kerigmática a nuestra teología. En efecto, el contenido sustancial del kerigma ha de ser el contenido sustancial de nuestra teología y la finalidad inmediata, sentido y exigencias del kerigma ante los oyentes de los primeros misioneros cristianos, deben mantenerse como finalidad última, ·sentido y exigencia de nuestra teología. Y esta coincidencia sustancial de contenido y de objetivo úl– timo, nos autorizan para hablar de una teología kerig– mática. Anteriormente, determinando el contenido sustancial del kerigma, señalábamos dos elementos sustanciales: Jesucristo para nosotros salvación y redención, y nues– tra «conversión» a Él, en una decisión religiosa y en– trega total a Dios en Cristo. Y más al fondo una sola verdad, Jesucristo; que cuando muere y resucita es el contenido de nuestra fe, y en cuanto morimos y resuci– tamos en Él es el contenido de nuestra vida religiosa cristiana. Pues bien, para que nuestra teología sea auténtica kerigmática necesita, sobre todo, estas dos cosas: a) ser una teología intensamente cristocéntrica; b) estar ordenada en forma inequívoca a la vida religio– sa cristiana y a la predicación de la palabra en particu– lar. Entendiendo que la vida religiosa y la predicación de la palabra se hayan de verificar en torno a Cristo. Más aún, que tenga como tema constante e insustituible a Cristo, en quien está Dios reconciliando al mundo consigo. Cuando se inició el movimiento hacia una teología kerigmática, la palabra kerigma era tomada aquí en un sentide> más amplio del que se ofrece en el NT. Kerigma 43

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz