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cerca. 1 º El kerigma del NT aparece aquí en su forma más primitiva. Las palabras del Bautista son un auténti– co pregón: una proclamación solemne, hecha a voces, de que el reino de Dios está para irrumpir en el mundo de un momento a otro. Proclamación jubilosa, emocio– nada, de la proximidad inminente del reino de Dios, para salvación de los que lo reciben y para juicio de los que lo rechazan; proclamación que no es ninguna ex– plicación de la ley, ni una enseñanza, ni un nuevo culto: simplemente Juan «sacude de su sueño a los hombres y les pone en vigilancia para lo que ha de venir, mejor, para el que ha de venir». 11 Al comenzar Jesús su vida pública, también nos lo presentan los evangelios anunciando un kerigma: Se ha cumplido el tiempo y el reino de Dios está cercano; arrepentíos y creed en el evangelio. 12 Así pues, la prime– ra predicación de Jesús tiene toda la forma de un ke– rigma. Y por su contenido es un auténtico euangelion: anuncio gozoso, exultante, de que Dios está ya aquí pre– sente, de que hoy mismo, aquí y ahora, viene Dios a darnos la paz, la bienandanza: en una palabra, a sal– varnos. En los hechos de los Ap6stoles aparece el kerigma en su desarrollo pleno; porque ha sido enriquecido con un acontecimiento fundamental en la historia de salud: la muerte y resurrección de Jesús y su proclamación como el Cristo y Señor en la resurrección. El tema del pregón primitivo: «la salvación de Dios llega hoy a vosotros», adquiere un aspecto esencial completamente nuevo al intervenir la persona y la obra de Jesús. El 24 10. Mt 3, 1-2 y principalmente en Me y Le. J l. KtTIEL, TheoWortBuch z. NT s. v. kerysso, vol. m, p. 704. 12. Me 1,15 y principalmente en Mt y Le.

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