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11. LA PODA ES NECESARIA El Padre poda los sarmientos unidos a la vid para que den más fruto. Los sarmientos lloran suavemente por la herida que hace la tijera podadora, pero quedan limpios y la cosecha del vino será mejor y más abun– dante. Eso lo sabe muy bien el labrador experto. Por eso lo hace. El Padre Dios poda al hombre para ma– durarlo espiritualmente, para desarraigarlo de la tierra, que es lugar de paso, para que el bienestar no le haga oividar de dónde viene y adónde va. Dios no poda por crueldad, sino por amor. Sabe que el dolor hace hom– bres fuertes, purifica el interior, robustece la virtud, disciplina el espíritu. Las pruebas que Dios envía o permite se ordenan siempre, en su intención, al bien de sus hijos. La poda es dolorosa pero se ordena, como el corte en carne viva del cirujano, a dar la salud o a salvar la vida. La poda es para el cristiano una inserción en el destino salvador y redentor de Cristo. En el momento en que Dios toma por su cuenta al hombre, ¡pobre hombre! Dios -podador experto- cor– ta por donde más duele y, si el hombre responde con generosidad, acaba siempre crucificado. Por eso tiene tan pocos amigos. Dios no se priva de nada inventan– do cruces para los suyos. Lo explican muchos pasajes bíblicos y se puede resumir en esta frase misteriosa, incomprensible para el hombre si el mismo Dios no le asocia al misterio del dolor y le infunde una luz es– pecial: "Porque eras grato a Dios era necesario que la tentación te probara". La prueba entra en los desig– nios de Dios y es señal de las divinas preferencias. Es algo así como un don de madurez espiritual. Las formas de la "poda" son innumerables. La ma- 66
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