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no de los cielos". Si se descarta esta referencia a Cristo cae por su misma base el amor porque le falta su "razón de ser". Las consecuencias de esta transfiguración del prójimo -del amor en Dios y por Dios- son trans– cendentales en el vivir cristiano. Nadie puede ser ex– cluido so pena de caer en herejía contra el amor. Quien excluye un solo dogma -aunque admita todos los res– tantes- es un hereje. Quien niega a un solo hermano -aunque acepte a todos los demás- queda excluido é'. mismo de la comunión porque niega la razón de ser del amor cristiano. Estas afirmaciones son tan graves que necesitan una explicación convincente. Y va a ser el mismo Evangelio quien remache la idea. El juicio va a cen– trarse en el amor. La salvación está en función del amor al prójimo, no como pobre hombrecillo, sino transfigu:·ado, transformado en Cristo. La transforma– ción es tan profunda que se convierte en identifica– ción. Con la agravante de que no se trata de hombres egregios por su inteligencia o por su bondad. El pró– jimo más envilecido es Cristo. Cuando Cristo aduce !as razones por las que los de su derecha son bendi– tos e invitados a tomar parte en el reino, dice: Venid, benditos porque... estaba preso y me visitasteis. Normalmente, no se mete en la cárcel sino a quienes han cometido delitos. Sería absurdo pensar que un preso presente en sí mismo muchos motivos para ser amado. El mérito no está. en visitar a X. preso en la cárcel, sino en descubrir a través de las aparien– cias ingratas del preso a Cristo paciente. En una perspectiva simplemente humana se ama al hombre por sus cualidades de inteligencia, bondad, simpatía, capacidad de amistad. Se ama a los amigos 60