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56 dente con qué insistencia recalca que hay que amar a Dios con todo el corazón, con toda el al– ma, con todas las fuerzas, mientras que desnu– da el amor al prójimo de todo calificativo: con que lo ame como a sí mismo, llega bien ... -Amor de corazón que impregna la convivencia de vitalidad, de entusiasmo, de alegría y de go– zo porque uno se siente "como en la propia ca– sa". Es como un aire puro y nuevo que tonifica y anima al esfuerzo com.ún porque todo se com– parte como en familia. Es el gozo contagioso de vivir como hermanos, que inspira el salmo: "Qué bueno y qué gozoso vivir los hermanos unidos!". Y, como el amor es difusivo, se proyecta hacia el prójimo, lo envuelve y lo arropa, lo vigoriza y lo eleva. No hay quien resista al amor cristiano por duro y frío que sea. El leño verde echa hu– mo y crepita cuando lo envuelve el fuego, pero al fin arde y da brasa. Por verde, duro y frío que sea un hombre no podrá resistir al fuego del amor fraterno. Así se explica que los gran– des santos -San Pablo, San Juan, San Francis– co~ hicieran y sigan haciendo tantas conver– siones. Quien viva con todas las consecuencias el amor cristiano será santo y hará santos. El amor mueve el cielo y las otras estrellas. Mue– ve, sobre todo, el corazón del hombre y lo hace -paciente con los defectos y fallos ajenos, -disponible al servicio de los demás. Quien ama de verdad lo da todo: tiempo, preocu– paciones, estudio, oración, salud, alegría. Quien ama de verdad es; un "expropiado

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