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cumplía amando a los amigos. Es curioso anotar lo ce– rrado de esta palabra "amigos" cuando se usan crite- . rios regionalistas e ideológicos o religiosos. En la prác– tica judía eran enemigos los samaritanos, los romanos y todos los que no pertenecían al pueblo "elegido". Y aun dentro de la raza se miraba con especial antipatía a los que arbitrariamente juzgaban como pecadores. Es clásico el desprecio del fariseo por el publicano y la razón de fondo es ésta: el fariseo juzga que el pu– blicano es un ser inferior precisamente desde el pun– to de vista religioso. Cristo tiene una visión personal, originalísima por su novedad y por su audacia, del amor al pró.iimo. Prójimo es un concepto dinámico y ético que liga en conciencia. No son prójimos los que pasan por el ca– mino sin atender al hombre malherido que necesita ayuda. El verdadero prójimo es el buen samaritano -descartado de la misma salvación eterna en la opi– nión judía- que se acerca al hombre apaleado y cu– bierto de heridas, lo lleva a la posada cercana, cura sus heridas y carga con los gastos. La cima de la bon– dad del samaritano consiste en que se hace "respon– sable" del hombre desconocido y abandonado. La proximidad -el prójimo- no es un concepto geográfico, ni físico, ni biológico, ni étnico ni socioló– gico, como pensaban los judíos. Es un concepto teo– logal que se esclarece "desde Dios" y enmarca a la humanidad entera en un nuevo orden de amor que supera todos los viejos prejuicios de fronteras, raza, cul· turas y formas de vida. El hombre es prójimo -está próximo- por el hecho de ser hombre, creado a ima– gen y semejanza de Dios. Cristo introduce innovaciones fundamentales en la Ley con la conciencia plena de que está mandado al- 50