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Para que toa-:Js los creyentes formemos un solo rebaño bajo el cayado de un solo Pastor. Para que cesen ya fas disensiones, fas riñas, las ofensas, tas querellas las po:émicas doctrina/es entre hermanos. Madre de 'a Iglesia, danos ccnciericia de Iglesia, docilidad a! -nagisterio infalible de Pedro, humi"de ace,::-+ación del magisterio ordinario de fa Igle– sia,] gozosa acep~ación de todos los hermanos que creen en Jesús,] sin distinción de razas ni de color ni de ideo!ogías. Tú que eres ,'\/'ladre ayúdanos a comprendernos, ayúdanos a perdonarnos, ayúdanos a consolarnos, ayúdanos a emarnos, desechando todos los pre¡wc1os que ha sembrado er enemigo "durante la noche". Madre de la 'glesia, convécanos para orar contigo, como los apósto.'es, siéntanos a la mesa de fa Eucaristía y danos la Carne de Cristo] que es tu prcpia carne y sangre de tus venas, enséñanos a 17acer todo lo que tu Hijo nos manda. Madre de.' Ar10r hermoso, convie;te, el agua de las fragilidades humanas en vino mi'agroso de unidad gozosa en ta convivencia y enséñanos -tú que eres la Madre- a amarnos como hermanos. 269