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mercancía averiada. Es innoble rebajar el ideal o aguar la verdad por el hecho de que resulte difícil alcanzar– los. En este caso lo que procede es mantener la ver– dad en toda su pureza y luego ser comprensivos con la fragilidad y los fallos de los hombres. Es lo que dice, de un modo ejemplar, Pablo VI cuando a continuación del mensaje -que él mismo reconoce incómodo y di– fícil- nos exhorta a ser humanos y bondadosos con los caídos. La más noble actitud del hombre es buscar la ver– dad y ser veraces. Luego, en la defensa de la verdad hay que ser flexibles, humanos, caritativos para que 1a verdad sea recibida con alegría. Firmes en la verdad, sí. que es cuestión de fidelidad. Pero suaves en las for– mas. Otra vez hay que recurrir a San Pablo que expu– so esta idea con una frase inimitable: "Pacientes veri– tatem in charitate" No hay mejor maridaje que el de la verdad con el amor. lo dicho anteriormente se refiere a la verdad en su más estricto sentido. Pero es frecuente en la vida dia– ria de la calle, del trabajo, de la sobremesa, de la amis– tad ... hablar de la verdad que todos quieren monopo– lizar. En la convivencia no interesa la verdad pequeñita que suele coincidir con la verdad a medias, con la ver– dad subjetiva. En esta línea va Antonio Machado cuan– do nos alerta en "Proverbios y Cantares": "¿Tu verdad? No, la Verdad, y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdate/a". "Donde hay duda, ponga fe". ¿Será verdad. que se va apagando la fe? El abuelo da el paseo acostumbrado de la tarde. El agua deja un limpio rumor de frescura en el prado. El 25

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