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quienes pertenecen a un club artístico, cultural o de– portivo. -No es, ni puede ser, la asociac1on gremial o la simpatía que inspiran los intereses de grupo, cualquie– ra que sean sc.1s metas. La convivencia familiar es vivir intensamente todos los lazos de la carne y del espíritu con la hondura, la elevación y los horizontes que Dios quiere. Convivir es tener sentido de organismo viviente y situarse espiri– tualmente en función del todo, con plena disponibili· dad. Conviví r supone ser "receptivo", estar abierto, te– ner en alto todas las antenas -sensibilidad, inteligen– cia, corazón- para captar todo el mundo interior de los semejantes. Convivir es tener capacidad de poner– se a nivel de los demás para comprenderlos tal como son, desde si mismos; para valorarlos con justeza y magnanimidad; para vivir sus problemas, sus esfuer– zos, sus riesgos. Convivir una familia es vivir "desde-con-hacia– para los semejantes". Y esta convivencia está entrete– jida de respeto, de simpatía, de comprensión, de amor, de caridad. Todo acontecimiento por insignificante que sea es compartido. En familia se comparte todo: la mesa, el trabajo, las preocupaciones, las tristezas, las alegrías. Es una gozosa y angustiosa sensación de es– tar profundamente enraizado en el todo. Es la perfec– ta sintonía del organismo que, teniendo pluralidad de miembros y funciones, se siente afectado por el todo. La convivencia entraña una irrompible unidad dentro de la variedad enriquecedora de funciones. La convivencia familiar supone e implica: -Aceptación de las personas tal como son, con sus virtudes y pequeñeces, con su inevitable las- 201