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tar ante un disminuido que baila en la cuerda floja del porvenir incierto. El aislamiento egoísta es una mal– conformación de raíz que asesta un hachazo brutal a la convivencia. 5. CONVIVENCIA DE CASA ABURRIDA Se trata de una familia dispersa. Su clima humano es el cansancio, el aburrimiento, el bostezo. Por todas partes reina un desabrido silencio. Ha desaparecido la conversación para dejar lugar a los monosílabos. Se palpa la desilusión en todos los detalles: el marido oculta su cara tras el periódico por la mañana mien– tras desayuna y en la sobremesa de las comidas boste– za y sestea. Los hijos se marchan en busca de sus amigos. Se rehuye la casa porque resulta triste e in– hóspita. No hay calor de hogar, no hay risas, no hay ilusión. ¿Es esto convivir? Habría que llamarlo brutalmente "desvivir". 6. CONVIVENCIA DE FAMILIA. Es el ideal cristiano y humano, por supuesto, de la convivencia que desemboca en la fraternidad . ...Y ¿qué es la fraternidad? -No es, ni puede ser, el conjunto de hombres que viven bajo el mismo techo. La yuxtaposición no crea nunca verdadera comunión. -No es, ni puede ser, el simple compañerismo de 200
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