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La convivenci&. queda limitada a esos ratos de obliga– da permanenc a en la casa. En estas condiciones es imposible conocerse y -lo que es mtts costoso aún- volcarse en los demás. Se vive bajo e mismo techo, pero hacia afuera, en fun– ción de los c:::impromisos del trabajo. Se habla para pasar el tiemp:J de los temas de siempre: el tiempo, los deportes, la p:Jlítica, la cartelera de espectáculos. 4. CONVIVENCIA DE PISO DE SOLTERO No quieren complicarse la vida y para ello, en vez de formar un hogar, lo que encuentran sacrificado y problemático, viven su vida en solitario. Aman, ante todo, su independencia. Se instalan confortablemente y lo pasan mJy bien a su modo: sin preocupaciones, al margen de esos imponderables poco gratos que ocurren todos los días en las familias. Sa.len para trabajar y, una vez cumplidas sus obli– gaciones, vueven al piso porque es donde mejor se enc1.1entran. Para no aburrirse leen, oyen discos, tienen su "hobby". Cultivan poco la amistad porque así no tienen que depender de nadie. Por otra parte, suelen ser bastante escépticos ante la amistad. Suelen ser basla.nte reconcentrados y egofstas. Son eso: unos po– bres solitarios. En el piso de soltero no hay calor de hogar. Y es curioso ver la reacción de la gente ante el "solterón": al principio, sigue la corriente y ríe ante la caricatura del soltero de piso. Hay un regocijado intercambio de gestos íntencionados y de asentimienos. Pero luego se nota palpablemente que lo que inspira el solterón es la compasión y la tristeza. Te da la sensación de es-
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