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2. CONVIVENCIA DE CAFETERIA Los que la forman son conocidos o amigos que se llevan muy bien y se reúnen para tomar juntos el ape– ritivo o el café y la copa después de comer. Suele ser el sitio adecuado para tratar de negocios o para ma– tar el tiempo. Pasan un rato agradable y se despiden "hasta pronto" con expresivas palmadas en la espal– da. Y todo queda ahí: en el primer caso, en una rela– ción puramente comercial. Y en el segundo, en una tertulia superficial que no cala para nada en los sen– ti mien1os profundos. Se habla frívolamente de cosas sin importancia. No tienen vinculación ninguna de tipo espirituai Cada uno vive su vida con plena independencia. No obstante los "gestos para la galería" la camaradería no pasa casi nunca a ser verdadera amistad. La misma estructura física de las cafeterías -barra, charlas de pie, aglomeración- indica que se está de paso, lo que impide toda profundización en temas transcenden– tes. Y, en estas circunstancias, es imposible la convi– vencia. 3. CONVIVENCIA DE RESIDENCIA LABORAL Un grupo de funcionarios que viven bajo el mismo techo, comen a la misma mesa y tiene casi el mismo horario de trabajo. Duermen en habitaciones conti– guas, se conocen por su nombre y se saludan. Por su género de vida, suelen ser gente de orden y de disci– plina. Pero no hay intereses comunes. Acabada la jor– nada laboral, cada uno vive su vida, adquiere compro– misos, se divierte y emplea su tiempo como le place. 198