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tiano. En primer lugar, se descartan comportamientos que, con visos de conveniencia, no pasan de ser sim– ple agrupación masiva aunque los que viven juntos sean numéricamente reducidos. Hay personas que, por su especial talante aislacionista, están incapacitadas para convivir. _uego se presenta el ideal cristianó de la convivencia que desemboca siempre en la fraterni– dad. 1. CONVIVENCIA DE HOTEL Son personas que viven bajo el mismo techo y se ajustan a determinadas normas disciplinarias. Los clientes del hotel suelen verse a la hora de la comida y de !a cena. Con el tiempo llegan a conocerse por sus nombres y se saludan. Los que cobran un sueldo abun– dante comen 2 la carta, mientras que los clientes "fi– jos" suelen ajustarse al menú del día o al "menú tu– rístico", que sale más barato. Luego, cada uno está a su vida y no tiene vincula– ción de ninguna clase con los demás clientes. El ho– tel es un lugar de paso, más o menos confortable se– gún el número de "estrellas". Ni que decir tiene que en el hotel no se lleva vida de familia, ya que no hay intereses comunes entre un turista, un acaudalado o un agente de seguros. En el hotel no se busca calor de hogar ni comuni– cación humana. Por eso cuando se quiere indicar el desapego de un miembro de familia hacia su casa o la desintegración de un hogar se dice simplemente: "ha.cen vida de hotel". 197

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