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una mesa de estudio o en un despacho donde unos hombres, que no conozco, han pensado en mi casa. Y luego, los ooreros que han trabajado en la cantera; los que han hecho las ventanas que me dan luz, las sillas donde rr.e siento; los muebles que decoran mi hogar. Todo me habla de la solidaridad humana y del papel que desempeña cada uno en la vida diaria. -Fácilmen:e nos olvidamos de estas cosas. Por e·so conviene repasarlas de cuando en cuando para pensar en los demás. La interdependencia está en la trama de la v da diaria, en cada momento de la ac– ción. Esto es una invitación a la gratitud y al aprecio. Las cosas más insignificantes repercuten en el todo. Gracias a una mano de obra anónima puedo yo es– cribir ahora a máquina estas reflexiones. Y quizás es– tas reflexiones caigan en las manos del obrero anóni– mo que construyó esta máquina. 185