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cer en todo tiempo a las fuerzas del error y del mal. El Concilio interpreta de modo autorizado la voluntad de Dios hoy. Y en este sentido hay un empate, ya que fidelidad al Concilio es -hoy, aho– ra- fidelidad a la Iglesia. Sin embargo, este Con– cilio sigue la tradición eclesial y no se puede pre– sentar como ruptura con los anteriores. POBRES - RICOS, ponemos un "uno" por fidelidad al "slogan", muy evangélico por cierto, de sentir con el débil. No hay que olvidar que una señal carac– terística del reino es la evangelización de los po– bres. (Hay que distinguir claramente entre evange– lización -formar la mentalidad y conformar el comportamiento en conformidad con el Evangelio– Y otras cosas más o menos confusas y peligrosas: por ejemplo, la incitación a la lucha de clases, ajena totalmente al Evangelio). Si la quiniela fuera simple, nos quedaríamos con el "uno" como único resultado. Pero como los ricos también son cria– turas de Dios, redimidos por la sangre de Cristo, ponemos también el dos. Es menos simplista y no no se presta a demagogias. SOTANA- CLERGIMAN, un empate: "equis". Pero, ¿es posible que habiendo problemas de tanta trascen– dencia y de tanta urgencia se pierda el tiempo en discutir de pequeñeces? Lo decisivo es que "por dentro" haya peso, personalidad, identidad, huma– nidad, santidad a chorros. Y con esta base ¿qué más da la sotana que el clergiman? INDIVIDUO - COLECTIVIDAD lleva los dos signos "dos" · y "uno" y en este mismo orden porque el hombre no es un ser aislado sino que ejercita fun– ciones diversas dentro del gran organismo que es 186