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ESPAÑA - EX-RANJERO se juega al doble "uno", "equis". Al uno, porque todavía somos un pueblo sano, cor un profundo sentimiento cristiano que penetra les poros de la literatura, del arte, de la filosofía. Esto se ha dicho de Ortega, de Unamuno, con mucha más razón y de Antonio Machado. El pueblo es todavía sano y católico, pese a las defi– ciencias. Sí, todavía podemos presentar al mundo una familia unida, unas costumbres sanas y -en comparacfón- una juventud sin taras como la dro– ga, ei alcoholismo y el crimen. De todos modos, hay que pensar que existen otros pueblos sanos, por lo que el empate parece razonable. CIELO - TIERRA es otro "uno". Nunca como hoy debe acentuarse que el cristiano "está" en el mundo pe– ro "no es" del mundo. El cristiano sa.be que está en el mundo de paso, en cumplimiento de una mi– sión, pero no debe jamás ser esclavo de la tierra. Se juega su razón de ser si se deja fascinar por los mitos de la técnica, el progreso, la máquina que releg3.n al espíritu a un segundo puesto. En un mundo donde se cotiza tanto el confort, el bien– estar, la -iqueza, hay que esforzarse para mante– nerse en ::ensión de eternidad. Este "uno" no pue– de interp-etarse como evasión del trabajo para construir Jn mundo más justo, es decir, más en conformidad con los designios de Dios, sino con un gran sentido de responsabilidad sabiendo que el bien que el cristiano ha de realizar y no lo reali– za queda eternamente sin hacer. IGLESIA- CONCILIO, un "uno" y una "equis". Un uno porque el concepto de Iglesia abarca inmensa– mente más que el de Concilio. Cristo prometió a la Iglesia Jna asistencia especial que le haría ven- 185