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LOS RESENTIDOS Es una enfermedad incurable que afecta de un modo alarman:e la vida de convivencia. En cierto sen– iido destruye, en su raíz, toda forma de apertura a los semejantes, ya que el resentido vive desde sí, en sí y para sí mismo. Ahora bien, la vida comunitaria parte de la exigencia primaria de relación, de comunicación, de diálogo. En el resentido desaparece toda posibili– dad social desde el momento en que voluntariamen– te provoca una ruptura de comunión interpersonal. Marañón hace suya y completa con certeras pincela– das la frase d-a Unamuno: "Entre los pecados capitales de los teólogos no fi– gura el resentimiento, que es el más grave de to dos: más que la ira, más que la soberbia". "En realidad -apunta Marañón en "Notas sobre el resentimiento"- el resentimiento no es un pe– cado, sino una pasión, pasión de ánimo, que mu– chas veces conduce al pecado y que puede llevar a quien la sufre por otros caminos trágicos, inclu– sive el de la locura". El resentido es, ante todo, un hombre mediocre que no resiste su puesto de segundón en la sociedad. Es un hombre profundamente sensible hacia su per– sona y se siente molesto, agrio y amargo en su situa– ción que considera siempre inferior a sus méritos. No es que sufra por el encumbramiento de los demás co– mo el pobre envidioso que recurre innoblemente a la 119

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