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han desembocado en el confusionismo es lógico que busque tierra firme en una ideología más segura. Es– tá en su derecho y obra de un modo responsable quien prefiere un género de vida que ha acreditado su identidad con hombres eminentes en el campo de la ciencia y de la santidad a las nuevas experiencias que todavía no han acreditado nada valioso. (Es una opinión respetable y hay que respetar/a si se quieren seguir las normas del juego limpio). Dentro de la pluriformidad hay quienes piensan que los viejos moldes han quedado demasiado viejos. Quieren encarnarse en el mundo de hoy, asumiendo las tareas y ocupaciones de los hombres de hoy, ejer– ciendo una profesión y viviendo de un trabajo remu– nerado. Para conquistar a los hombres de hoy hay que hacerse como uno de ellos, con todas las conse– cuencias. (Es una opinión respetable y hay que respetarla) Es preciso aclarar lo que hemos dicho varias ve– ces, aun con peligro de ser reiterativos: una cosa. es respetar la opinión ajena y otra, muy distinta, compar– tirla. No se puede compartir una opinión falsa, confu– sa o descabellada por un sentido elemental de fideli– dad a la propia conciencia. Los "centro-campistas" también tienen derecho a opinar, ateniéndose a las normas del sano "pluralis– mo". En definitiva es en el medio del campo -siguien– do el símil futbolístico- donde se crea, se alimenta y se decide el triunfo o la derrota. Desde el centro se observa mejor, más de cerca, con más detalle que desde los extremos cómo marcha el juego. Y general– mente, los hombres maduros no son extremistas. Las actitudes y el comportamiento de esta clase 117