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HORNO ARDIENI'E DE CARIDAD 51 agotarse. Gratuita y generosamente otorga la gracia, los dones, las virtudes y la santidad a cuantos lo desean, a cuantos lo piden. El acceso a los reyes de este mundo es muy difícil ; para conseguir la audiencia se requieren muchas reco– mendaciones y consideraciones, y no se concede a toda clase de personas. Muchas veces los pobres no logran ver o hablar con el rey. No se dignan hablar con los hu– mildes. Sólo alternan con los nobles, y de su rango. Te– men rebajarse. En cambio, no sucede así con el Rey de Reyes, Jesús. A todos abre las puertas de su palacio, a todos admite en su conversación, a todos recibe en su Corazón. Antes llama a los necesitados, a los más indi– gentes : « Venid a Mí todos los que estáis fatigados y cargados, que yo os aliviaré» (33). J.esús es un Rey compasivo y misericordioso, que da todo lo qué se le pide y comprende que conviene; más bien El invita a pedir lo que necesitemos para esta y para la otra vida... Jesús, que tienes un Corazón de Rey, dame en abun– dancia de tus dones, de tus luces, de tus bondades, de tus gracias, de tu vida, de tu santidad. Domina sobre mi corazón, mi entendimiento, mi voluntad, mi alma, mi cuerpo, mis sentidos y mis potencias; sobre mi vida :y mi tiempo, mi muerte y mi eternidad. Un rico y soberano pensamiento me bulle dentro el pecho; a Ti, divino Rey, mi entendimiento dedico, y cuanto he hecho (33) Mat., XI, 28.
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