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HORNO ARDIENTE DE CARIDAD 39 Ojalá que los esposos se amaran como José y María, y los hijos fueran como el Niño Jesús y todos vivieran con la paz, la dulzura, de una vida tan santa. En estos tiempos de disolución y sensualismo, aprendan los esposos la fidelidad de San José, y los hijos el traba– jo y la sumisión a los padres. De ese modo existirán fa. milias cristianas santas y felices., que formen del hogar un cielo anticipado. Tomen también ejemplo las familias religiosas que habitan en común para amarse, ayudarse y convivir como la Sagrada Familia de Nazaret, teniendo todos los miem– bros que la constituyen una sola alma y un solo corazón. ¡ He aquí cuán bueno y cuán gozoso es habitar todos en uno! (19). Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía ; Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía; Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el al– ma mía. (19) Sal., 132, l.