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HORNO ARDIENTE DE CARIDAD 307 Por medio de María Inmaculada, Reína de las misio– nes, te ofrezco esta mí humilde consagración y ofre– cimiento. Jesús Misionero, ten piedad y misericordia de todo el mundo. Que todos te conozcan, te amen, te sirvan, te posean y te glorifiquen eternamente en la gloría. Amén" V. ACTO DE CONSAGRACIÓN DE LOS ENFERMOS ¡Oh corazón divino !, que por amor de los hombres quisiste el dolor como compañero de tu vida, en mis su– frimientos me dirijo a Tí para consagrarme a tu Corazón dulcísimo. Yo creo, Jesús, a tu amor por mí; creo que la enfermedad que padezco sea una prueba de tu infinita misericordia.. La acepto con entera conformidad a tu santa voluntad y quiero hacerla siempre más fructuosa para mí, y más fecunda de gracias para las almas. Tú, que has dado al dolor una eficacia divina de apostolado, acepta mis dolores y únelos a los tuyos, por la conver– sión de los pecadores, de los herejes y de los infieles. Así mí vida no será inútil, sino que concurrirá al aumento de tu gloria. Aun en el lecho de mis sufrimientos quiero ser apóstol de tu Corazón. Quiero presentarte cada día un ramillete de almas como flores que germinen de mis dolores y regadas con mis lágrimas. Y cuanto más agudas sean mis penas, me recordaré de tus agonías en el huerto de Getsemaní. Acepta, Co– razón divino, por manos de tu Madre Dolorosa, esta mi consagración y haz que sea divinamente eficaz para pro– mover los intereses de tu gloria y la salvación de las almas. Amén.