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HORNO ARDIENTE DE CARIDAD alemán Esteban Fridolin de Wibebden, predicador de las clarisas de Norimberg, etc. Entre las clarisas se distinguieron Santa Catalina de Bolonia (1413-1463) y la grande mística de Camerino Ca– mila-Baptista de Varano (1458-1524), particularmente en sus escritos sobre los dolores mentales de Jesús en su Pa– sión, por admirable gracia del Señor introducida en el mar amarguísimo del secretísimo tálamo del mirrado Co– razón de Jesús. En España el estático y místico San Pedro de Alcán– tara invitaba a sacar del costado de Jesús los más dulces solaces para vivir en El y dar nuestro corazón a Aquel que nos donó el suyo (65). Muchos capuchinos cultivaron esta devoción en la pre– dicación y en los escritos. Entre ellos. sólo mencionamos algunos, como P. Lorenzo de París, que escribió del mu– tuo amor entre Cristo y el alma (66). Fray Tomás de Bérgamo ( t 1631), que tuvo por objeto especial de su contemplación el Corazón de Jesús; el padre José de París (Tremblay) ( t 1638), que la recomendó mucho a las religiosas del Calvario por él mismo fundadas ; Agus– tín de Zamora, que escribió de las excelencias del divino Corazón (67); Julio de Besanc;on, predicador insigne y propagador de las imágenes del Sagrado Corazón ; padre Francisco de Argentan (t 1680) (68). (65) lbíd., pág. 126. (66) Le palais de l'amour divini entre Jésus et l'iime chrétien– ne. París, 1613 ó 1614. (67) La margarita preciosa del corazón humano. Sus exce– lencias y las finezas de Dios Nuestro Señor para con él. Ma– drid, 1678. (68) MELCHIOR A PoBLADURA, Hist. Gen. Ord. FF. Min. Cap., pane 11, vol. I, págs. 206-208. Roma, 1948.
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