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284 P. PIO M.ª DE MONDREGANES, O. P. M. CAP. que quieran refugiarse en su Corazón misericordioso. Dice San Buenaventura: «Por esto está herido el costado,. a fin de que esté abierta la entrada y, libres de las agi-– taciones externas de la vida, podamos habitar en él con: seguridad,, (42). La Iglesia, en el prefacio de la Misa, canta : «¡Oh Se– ñor!, que quisiste que el costado de tu Hijo pendiente de la cruz fuese traspasado por una lanza, a fin de que,. abierto su Corazón, sagrario de la divina largueza, derra-– mase sobre nosotros torrentes de misericordia y de gra-– cia; y no cesando de arder por nosotros, fuese el refu-– gio de salvación para los pecadores arrepentidos. De aquel Corazón abierto salieron sangre y agua,. símbolos de las misericordias y de los Sacramentos de la. Iglesia. Los fieles son regenerados con el agua y nutridos; con la sangre de Cristo. El sacramento del Bautismo nos concede la vida so– brenatural y la incorporación a Cristo; la sangre lava y cancela nuestras culpas (43). Jesús simboliza de este modo el amor divino y hu– mano, porque los dos amores corresponden a las dos: naturalezas en unión con una única persona del Verbo~ Porque tenemos en Jesucristo un amor increado común a las tres divinas personas, y un amor humano-divino que tiene principio en la Encarnación. Jesús ha querido• simbolizar estos amores en el corazón físico de carne,. porque en El las operaciones divinas y humanas están unidas a la persona divina. El amor humano y el amor (42) De Vita mystica, cap. II. (43) Las apariciones, revelaciones, promesas y simbolismos de Santa Margarita de Alacoque y de otros santos se fundan en la autoridad privada. No pertenecen al depósito de la Reve– lación oficial de la Iglesia.
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