BCCCAP00000000000000000000738
270 P. PJO M." DE MONDREGANESi O. P. M. CAP, del divino Corazón disponga de todo a su agrado, según su beneplácito divino y en favor de quien mejor creyese, sea de los vivos o de los muertos, mientras que la her– mana protesta que de muy buena voluntad se despoja de todo, excepto de la voluntad que ha de ser siempre unida al Corazón divino y de amarle únicamente por amor de El mismo. En fe de lo cual firmamos las dos este folio. Ultimo día de diciembre de 1678)) (26). Esta consagración fue hecha también por el padre La Colombiere, por las novicias, por muchas religiosas y se propagó rápidamente, como un incendio. Valor de esta consagración. ¿Por qué Jesús quiso esta consagración de la santa? Nosotros somos total– mente de Dios como Creador y como Redentor. Tiene absoluto dominio sobre nosotros. No obstante, quiere el homenaje de nuestra libre donación, porque respeta nues– tra libertad. Por esto el Corazón divino deja benigna– mente que a los dos títulos de potestad y señorío se añada de nuestra parte, si nos agrada, el título de consa– gración voluntaria. Cierto que Jesucristo, Dios y Reden– tor, es infinitamente rico, porque suyas son todas las cosas, mientras que nosotros somos pobres y necesitados, que no tenemos nada de propio que podamos ofrecerle que sea verdaderamente nuestro. No obstante, su infi– nita bondad y caridad no rehusa que lo que es suyo se lo presentemos y cedamos, como su pertenencia a nosotros ; no sólo no rechaza, sino que lo quiere y pide. << ¡Oh hijo mío!, dame tu corazón» (27). Podemos, por tanto, ha• cerle una cosa muy agradable con la voluntad y buena disposición, ofreciéndonos a nosotros mismos, no sólo (26) Cf. MONS. LAUGUET, Vita di Sancta Margherita. (27) Prov., XXXIII, 26.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz