BCCCAP00000000000000000000738
HORNO ARDIENIE DE CARIDAD 265 ¿cómo no nos consolará a nosotros que sufrimos con El y nos unimos a sus intenciones? Corazón divino, en mis amarguras y dolores, mán– dame el Angel del Consuelo, para que me alivie, como a Ti te lo envió el amantísimo Padre celestial. ,Jesús, ayúdame, confórtame, consuélame ... 5. Confortaremos a nuestro prójimo. ¡ Cuántos en es– tos momentos se encontrarán en terribles agonías! ¡ Cuán– tos gemirán bajo el yugo de la tribulación! ¡ Cuántos no saben tolerar la soledad del corazón, la ingratitud de los hombres, el olvido de los beneficios, el abandono de los amigos y el desprecio de los enemigos ! Roguemos para que reflexionen un poco sobre las agonías de Jesús en Getsemaní, y encontrarán el Angel del Consuelo, la resignación de la voluntad, la compasión de Jesús. Acto de reparación. ¡ Oh Corazón clementísimo de Jesús, divino propiciatorio por el cual prometió el Padre Eterno que oiría siempre nuestras oraciones! Yo me uno con vos para ofrecer a vuestro Padre Eterno este mi pobre y mezquino corazón, contrito y humillado ante su divino acatamiento, y deseoso de reparar cumplida– mente sus ofensas, en especial las que Vos recib~s de ccntinuo en la Eucaristía, y señaladamente las que yo por mi desgracia también he cometido. Quisiera, divino Co– razón, lavar con lágrimas y borrar con sangre de mis venas las ingratitudes con que todos hemos pagado vues– tro tierno amor. Junto mi dolor, aunque tan leve, con aquella angustia mortal que os hizo en el huerto sudar sangre a la sola memoria de nuestros pecados. Ofrecéd– selo, Señor, a vuestro Padre Eterno, unido con vuestro amabilísimo corazón. Dadle infinitas gracias por los gran– des beneficios que nos hace continuamente, 1 supla vües-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz