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250 P. PIO M.ª DE MONDREGANES, :>. P. M. CAP. esclava ; pero ahora yo te doy el título de amadísima discípula de mi Corazón.» Segunda aparición En ésta se le manifestó la imagen simbólica del divino Corazón (12). En un primer viernes, Jesús mostró a la santa el escudo de esta devoción y le dirigió las prime– ras promesas. Estaba, como de costumbre, delante del Santísimo Sa– cramento, cuando el divino Corazón se le presentó en un trono de llamas, más radiante que el Sol y transparente como un cristal, taladrado por una larga herida, rodeado por la sangre divina, circundado de una corona de pun– zantes espinas; con una cruz sobrepuesta, que significa cómo desde los primeros instantes de su Encarnación, o sea desde el momento que el Corazón fue formado, se plantó la cruz y fue ya desde el principio de aquellas amarguras causadas por las humillaciones, la pobreza, el -dolor, los desprecios que la sagrada humanidad debía sufrir durante toda la vida. «Me hizo comprender el ardiente deseo que El tenía de ser amado de los hombres y de sacarles del camino de perdición en el cual Satanás les precipita. Me dio a ·conocer el propósito de manifestar a los hombres su Co– razón lleno de misericordia, de gracias, de santificación y ,de salvación, que contiene en sí, a fin de que todos los que quieran procurarle el honor y la gloria de que sean (12) Algunos historiadores ponen la segunda aparición como un apéndice o prolongación de la primera, en el 27 de diciembre de 1673. Otros la consideran como una revelación separada. Esta •distinción tiene poca importancia. (Cf. ÜRSINI, Miniera lgna· :dana, t. V, pág. 1185, Torino, 1950.)