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224 P. PIO M.ª DE MONDREGANES, O. P. M. CAP. 30 COR JESU, VICTIMA PECCATORUM Miserere nobis. CORAZON DE JESUS, VICTIMA DE LOS PECADOS Ten misericordia de nosotros. Reflexiones l. En el libro del Levítico se habla de los holocaus tos, oblaciones y sacrificios de diversa especie. Existía también la ley del sacrificio por el delito. Es cosa san. tísima. La víctima del sacrificio por el delito será sacri– ficada en el lugar donde se degüella el holocausto. La sangre se derramará en torno al altar (119). Los sacrifi– cios de la Antigua Ley eran símbolos y figuras, no po– dían satisfacer realmente por los pecados. Por esto escri– bió San Pablo: «Los sacrificios, las ofrendas y los holo– caustos por el pecado no los quieres, no los aceptas, siendo todos ofrecidos según la Ley; dijo entonces: He aquí que vengo para hacer tu voluntad. Abroga lo pri– mero, para establecer lo segundo. En virtud de esta vo– luntad somos nosotros santificados por la oblación del cuerpo de Cristo hecha una sola vez» (120). 2. El Concilio efesino manifiesta también el signifi– ficado de esta invocación: Obtulit semetipsum pro no- (119) Lev., VII, 1-2. (120) Hebr., X, 8-20.