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CAPITULO PRIMERO AL SAGRADO CORAZON DE JESUS SE LE DEBE CULTO DE LATRIA Se llama culto el honor que se tributa a una persona o cosa por una excelencia especial que tiene o represen– ta. Es la manifestación de un honor con cierta sumisión y reverencia. El objeto material del culto es la persona o cosa a la cual se dirige el honor. El objeto formal es la razón es– pecial por la cual se le tributa. Ahora bien, según las diversas excelencias serán también las especies de culto. A la excelencia divina, increada e infinita se le debe tributar un culto de latría, o sea, de adoración propia– mente tal, reconociendo el supremo dominio que Dios, principio y fin de todas las cosas, tiene sobre el universo mundo. A la excelencia creada y finita, por las eximias do– tes que reviste de santidad, de gracia y de virtudes, se tributa un culto de dulía o hiperdulía. El de dulía se da a los santos que participan de la santidad de Dios ; el de hiperdulía, a la Virgen Santísima, que supera a to– dos los santos en excelencia, siendo la Madre de Dios y la Reina del universo. Algunos teólogos añaden también el culto de protodu– lía, que se tributa al Patriarca San José, padre putativo

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