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HORNO ARDIENTE DE CARIDAD 151 4 COR JESU, MAJESTATIS INFINITAE Miserere nobis. CORAZON DE JESUS, DE MAJESTAD INFINITA Ten misericordia de nosotros. Reflexiones l. El Verbo Eterno se anonadó en la Encarnación tomando la forma de siervo; pero no por eso perdió la infinita Majestad que le corresponde como Redentor del género humano. Conservó siempre su dignidad de Rey Soberano y de Pontífice Supremo. Ningún rey o pontífice de este mundo podrán arrebatársela. San Pablo, escribiendo a los hebreos, exalta la ma– jestad de Cristo: «Dios nos habló por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, porque también hizo el mundo; y que siendo esplendor de su gloria y la ima– gen de su substancia, y el que con su poderosa palabra sustenta todas las cosas, después de hacer la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto mayor que los ángeles, cuanto heredó un nombre más excelente que ellos» (24). David canta que será su nombre bendito por siempre ; dura– rá mientras dure el sol. Y le bendecirán todas las tribus de la tierra ; todas las naciones le aclamarán bienaventu- (24) Hebr., I, 2-4.

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