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144 P. P!O M."' DE MONDREGANES, O. F. M. CAP. salí de la boca del Altísimo. Y como nube cubrí toda la tierra. Yo habité en las alturas, y mi trono fue columna de nube. Sola recorrí el círculo de los cielos y me pasé por las profundidades del abismo» (17). Y otros muchos elogios que el autor atribuye a la Sabiduría. María se considera la esclava del Señor y se ofrece al Padre Eterno para que obre en Ella lo que quiera. Coloquios y súplicas. Tanto Jesús como María son modelos de reverencia y de amor hacia el Padre celestial. Dios es el Creador, Gobernador y Provisor del universo mundo. Envió a Jesucristo como Mediador y Redentor de la humanidad caída. ¡Oh Dios mío ! Yo os adoro. como a mi Padre y Re– dentor, como al mejor de todos los padres y bienhecho– res. Con profunda humildad yo reverencio Vuestra Ma– jestad. Te alabamos con la Iglesia, diciendo Tú solo Santo, tú solo Señor, tú solo Altísimo. Te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damo,s gracias. Padre Nuestro, santificado sea el tu nombre, venga a nos el tu reino, hágase tu voluntad. Sálvanos a todos. ¡Oh Virgen Inmaculada ! Madre de Dios y Madre es– piritual nuestra, eleva a Dios Padre nuestras súplicas, presenta a tu Hijo amantísimo nuestras necesidades para que por sus méritos y los vuestros nos aumente el amor a las tres personas de la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jaculatoria. Padre Eterno, te ofrecemos toda la gloria que te dieron los Sagrados Corazones de Jesús y de Ma– ría, Madre Inmaculada. (17) Eclo., XXIV, 3-8.

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