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FIORNO ARDIENTE DE CARIDAD 109 religiosa y cultural. Una pléyade de religiosos y religio– sas, maestros y maestras, se consagra con gran celo a la formación de los jóvenes, que con el tiempo han de -constituir la sociedad y dirigir los destinos de las na– ·ciones. Es incalculable la importancia que tiene en nuestros -días el apostolado entre la juventud y en los centros docentes : escuelas, colegios y universidades. A la for– mación de la juventud deben cooperar la familia, la -escuela, la catequesis, la parroquia, el colegio, la uni– versidad y todos los que están encargados de la misma. 3. El apostolado entre los hombres adultos y profe– sionales, que no raramente se abandonan en la vida reli– giosa y viven como paganos. Quizá conservan una idea vaga de la religión, pero en la práctica viven como si 110 existiera. Cuántos católicos, prácticamente, viven en pecado mor– tal la mayor parte de su vida y no merecen de condigno para la eternidad gloriosa. Es necesario cultivar las mul– titudes para que cumplan con sus deberes religiosos. 4. El apostolado entre las mujeres. La inmodestia :y la inmoralidad es una plaga que invade el sexo débil, particularmente en la juventud, que escandaliza por la falta de pudor y es ocasión de ruina para tantos hom– bres. Las infidelidades de las casadas a sus deberes conyu– gales y la falta de educación de los hijos. Es necesario -combatir la inmodestia y el divorcio. Rehabilitada la mujer por el cristianismo, ha vuelto a rebajarse y perder su dignidad; de tal modo, que en estos últimos tiempos se ha propagado un neopaganismo pernicioso para la sociedad. Los adelantos y el progreso