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HORNO ARDIENTE DE CARIDAD 107 4. Apostolado del ejemplo. Jesús vino para ense– ñarnos con las palabras y con los ejemplos. Después de haber lavado los pies en la última cena a sus Apóstoles, les dice : «Yo os he dado ejemplo para que vosotros hagáis también como yo he hecho» (25). Es claro que no indicaba sólo la materialidad del acto, sino más bien el significado de aquel acto profundo de humildad y .caridad. <<Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazóm (26). Luego nos excita a seguir sus ejemplos para dar gloria al Padre. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos (27). El ejemplo es una escuela en la cual todos aprenden. Verba movent, sed exánpla trahunt. San Francisco de Asís, acompañado de fray León, pasando por la ciudad con modestia y recogimiento, in– tentaba predicar con su ejemplo a sus conciudadanos. Preguntándole el compañero: «Padre, ¿dónde está el ser– món h, contestó: «Ya lo hemos predicado con nuestro buen ejemplo.>> San Agustín escuchaba los sermones de San Ambro– sio, pero no se decidía a convertirse. Consideraba alre– dedor de sí tantas personas jóvenes, tantas viudas, tantos cristianos modestos y humildes que observaban la casti– dad, y se preguntaba a sí mismo: «Si la castidad es posible a todos, ¿por qué no será también posible para mí?» Con la gracia de Dios llegó a triunfar de sí mismo y se hizo un gran santo, padre de la Iglesia. Movido por (25) In., XIII, 15. (26) Mat., XI, 29. (27) Mat., V, 16.

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