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HORNO ARDIENTE'. O'.e' CAlUOAD rot en la santificación de la vida cotidiana la oración litúr– gica de la Santa Misa! Nos da el tono para el· día y nos consuela en nuestros trabajos cotidianos; 2) Liturgia sacramental. Esta abraza la administra– ción de los Sacramentos y de los sacramentales~ que tienen por fin la santificación de los fieles, que por me– dio de ellos reciben las gracias y los beneficios adqui– ridos por Jesucristo. Los Sacramentos son los· arroyos que proceden de las fuentes del Salvador, riegan y: fe– cundan las almas para vivir y convivir con el amor. Nos unen e incorporan a Cristo para vivir sir misma vida, como sarmientos que están unidos a la vid mística. Repitamos con frecuencia los Sacramentos· y· sacra– mentales, para enriquecernos de las gracias sobrenafüra.;. les y vivir la vida de unión y de unción divina. Va– yamos como ciervos a la fuente cristalina de· la Euca– ristía para saciar nuestra sed y nuestra hambre de las riquezas eternas, de los tesoros infinitos que brotan, del!'· Corazón amantísimo de Jesús. 3) Liturgia laudativa. El oficio divino es obligato– rio para los sacerdotes, los ordenados in sacris y las religiosas que tienen obligación eclesiástica. Pero es tam– bién muy útil y aconsejable para todo fiel- cristiano que puede comprenderlo. Con el oficio se intenta alabar a Dios en nombre del Cuerpo Místico. Debe ser la laus p,2rennis que eleva toda la Iglesia al Hacedor Supremo. Todas las cosas cantan la gloria de Dios; el hombre, el sacerdote y·· el religioso deben ser los cantores por excelencia de todas las criaturas. Omnes homines benedícite Dominum. Aun)_2§::l!9.ttl;; bres que no comprenden las palabras;: s}.:stf~ciii~~ r :<i'-0\) 4,1 \ ';· \'"''-v .. r~ ·. • ~) ·u i \ ~:::::; {? {l \ ~'-),. .. '0 ..

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