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HORNO ARDIBNIB DE CARIDAD 97 El sacerdote confesor consuela, aconseja y perdona en el nombre del misericordiosísimo Jesús. El sacerdote que tiene cura de almas puede establecer las devociones al sagrado Corazón para nutrir espiritual– mente a los fieles. El sacerdote director puede servirse del amor del Co– razón divino, Horno ardiente de Caridad, para elevar a las almas místicas a una perfección y unión con Dios muy elevadas. Si el sacerdote vive la vida íntima de Jesús, Dios le dará eficacia para salvar y santificar al pueblo cristiano. Atendiendo a la propia santificación, será la luz del mundo y la sal de la tierra para todos los que están uni– dos a Jesús. Además, aumentará continuamente el nú– mero de las ovejas que atraerá al redil de la Iglesia católica. Establecerá en el mundo el reino del Sagrado Corazón, reino de fe, de caridad, de justicia y de paz. '1