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Hacia finales del siglo xv, el B. Bernardino Caimi, Comisario de la Custodia de Tierra Santa, edificó en el Santo Monte de Varallo (Piamonte) unas 65 capillas (en 1881 aún se contaban 43), en las cuales plásticamente se representa la Vía Dolorosa. San Carlos Borro– meo visitaba con frecuencia este Sacro Monte, al cual acudían muchos peregrinos de Suiza e Italia (7). En nuestro tiempo es digna de mención la "Palestina Holandesa", construída en 1913 en Goesbeck, cerca de Nimega. Se encuentran re– presentaciones de los Santos Lugares, como Be– lén, Nazaret, el Calvario, etc. 4. Los Franciscanos.-Hemos indicado bre– vemente el amor que San Francisco tenía a la Pasión del Señor. Esta devoción pasó como preciosa herencia a sus hijos, que fueron los caballeros de la cruz. San Buenaventura, preclaro hijo de San Francisco, compuso un Oficio de la Pasión del Señor (8) y escribió dos hermosos opúsculos: Lignum Vitae et Vitis Mystica seu Tractatus de passione Domini (9). San Antonio, en los Ser– mones Dominicales, habla con frecuencia de la Pasión, y exhorta a la consideración de los do– lores de Jesús. Es muy célebre el llamado Bre– ve de San Antonio. Se cuenta que una mujer es- (7) Cfr. Guida devota e popolare del Sacro Monte di Varallo. Vercelli, 1881. (8) On. Omnia, t. VIII, pág. 151. Al Claras Aquas, 1898. (9) lbíd., págs. 68, 159. - 67 -