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pués de la Ascensión de su Hijo a los cielos, _por algún tiempo habitó en Jerusalén y visita– ba con frecuencia los Lugares Santos, donde pasó Jesús, especialmente los sitios en los cua– les sufrió. En las Revelaciones de Santa Brígi– ,da (t 1373) se dice: "Nam omni tempore, quod post Ascensionem Filii vixi, visitavi loca, in quibus ipse passus est et mirabilia osten– dit" (2). Es muy posible que también otras pías per– sonas siguiesen el ejemplo de la Virgen o la :acompañasen. Ana Catalina Emerich afirma que en Efeso, donde habitó los últimos años de su vida, alrededor de la casa había una especie de Viacrucis o estaciones de la Vía Doloro– sa (3). 2. Peregrinaciones a Palestina.-Ya desde los primitivos tiempos del cristianismo, perso– nas devotas iban en peregrinación a Palestina para visitar personalmente los lugares santifica– dos por el Salvador del mundo. San Jerónimo escribe que sería muy largo narrar desde la Ascensión del Señor hasta su tiempo (331-420) cuántos obispos, mártires, doctores, etc., fueron a visitar los Lugares San– tos (4). Del Occidente y del Oriente, de la In- (2) Cfr. HwsER A.: Revelationes selectae S. Bigittae, pá– gina 186. Coloniae, 1851. (3) Cfr. C. BRENTAxo: Vie de la Tres Sainte Vierge d'a'1res les méditations de la Soeur Anne Catherine E111111e– ric!1, oá". 466. París-Tournai. ed. lime. (4) Cfr. E/Jistulae XLVI Paulae et Eustochii ad Marcel– lam de sanctis locis. P. L., vol. XXII, n. 206, n. 489. - 64-

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