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CAPITULO IX ALGUNAS OBSERVACIONES En la Pasión de Cristo se han inspirado mu– chos autores, que con vivos colores describen las dolorosas escenas y hacen brotar de los ojos piadosos lágrimas de cumpunción. En las llagas de Cristo bebieron a torrentes nuestros místicos, y saciaron su sed de padecer y dar su vida por el Amado. ¡Fueron las locu– ras de la cruz! No dudamos que las expresiones de los Santos sean sinceras, pero no todos los que practican el ejercicio de la Vía Crucis ten– drán los mismos sentimientos. Por esto, es pru– dente evitar ciertas exageraciones que no dicen bien con la devoción sólida y seria del común de los cristianos. Cada uno en su corazón diga a Jesús lo que quiera, pero externamente es necesaria la circunspección. Así, por ejemplo, dicen algunos: "¡Oh buen Jesús!, yo daría millones de vidas por ti, si las tuviera. Moriría mil veces por tu amor. .. ¡An- - 59 -

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