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no es más que la repetición del sacrificio de la cruz, realizado de una manera incruenta. Aho– ra bien: el sacrificio eucarístico es el centro de la liturgia católica. Recorriendo las estaciones del Vía Crucis meditamos y recordamos el sa– crificio cruento de Jesús, el misterio de la Re– dención, la primera misa de Jesús inmolado so– bre la Cruz en el Monte Calvario. Caminando ,espiritualmente con Jesús al Gólgota acompa– ñamos a la Víctima del sacrificio. De estación en estación nos vamos acercando al Calvario, el principal Sancta Sanctorum del cristiano. ¡ Cuántas veces reflexionamos que estamos vien– do al Pontífice de la Ley Nueva ofreciendo el único sacrificio y que somos testigos privile– giados de cada rúbrica de la misa de Cristo! Asistamos al santo sacrificio de la misa con in– terés y comprensión de cada movimiento del sacerdote. Haciendo todo esto, seguimos paso :a paso con Jesús hacia el Gólgota. La Cruz es Misa .. . La Misa es Cruz .. . Y nosotros somos sus miembros, los miem– bros de Jesús... Otra función principal de la liturgia es el rezo del Breviario, que puede referirse a la Pasión en la distribución mística de las horas, según los versos de algunos liturgistas: Haec sunt septenis propter quae psallimus horis: - 52 -

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