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IV. JACULATORIAS Te adoramos, ¡oh Santísimo Señor mío Je– sucristo!, aquí y en todas las iglesias tuyas que están en todo el mundo, y te bendecimos, por– que por tu santa Cruz redimiste al mundo (San Francisco). (5 años y 7 cuarent. Indulg. plenaria quien la dice por un mes.) Señor, te doy gracias porque habéis muerto en cruz por mis pecados. (300 días indulg., 18 de enero de 1918.) V. A MI CRUCIFIJO Yo llevo por compañero a mi crucifijo. Me acompaña siempre y en todas partes. l. Mi crucifijo es mi fuerza cuando soy dé– bil, me acompaña cuando caigo, me reanima si languidezco, me consuela si estoy triste, me cura si estoy enfermo, me asegura si temo, me res– ponde si le llamo. 2. Mi crucifijo es luz que me ilumina, ali– mento que me nutre, manantial de agua pura que me refresca, belleza que me encanta, forta– leza que me defiende, soledad donde descanso, foco ardiente donde me caliento, océano inmen– so donde me baño. 3. Mi crucifijo es para mí lo que puedo de- - 374 -