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tanta abundancia de tus ojos me parecen como perlas preciosas, que deseo recoger con amor para rescatar, con su infinito valor, las almas. de los pecadores. ¡Oh Jesús!, cuyo rostro adorable arrebata mi corazón, te suplico que imprimas en mí tu se– mejanza divina y que me inflames en tu amor, a fin de que pueda llegar a contemplar en el cielo tu gloriosa Faz. Así sea. (300 días de indulg., S. Ofic., 1O de junio de 1915.) III. ORACION A JESUS CRUCIFICADO ¡Oh Jesús mío crucificado!, mi único y ver– dadero bien, te pido humildemente que, por vuestra preciosísima sangre, me otorgues la dul– ce paz de la conciencia y el gozo santo que tú sólo puedes dar. Concédeme que me enmiende de las malas costumbres y haga verdadera pe-· nitencia. Por los méritos de tu dolorosísima Pa– sión y Muerte, dame la amable gracia del Espí– ritu Santo con sus puras y celestiales consola– ciones. Te suplico también la perseverancia en las buenas obras y la vida eterna. Así sea. (100 días de indulg. S. Paen. Apóst., 21 de octubre de 1921.) -- 373 -