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VI. SEXTA PALABRA Todo está consumado. Cuando ya en la cruz podía decir que estaba ya todo cumplido, que había terminado la obra por la cual había venido a este mundo. Abel, inmolado por su hermano Caín, fué una imagen, pero sólo Jesús verificó la figura. Isaac, pronto y dispuesto a inmolarse en holocausto, fué una semejanza; pero sólo Cristo la realizó. José, vendido por sus hermanos, fué una figura, pero sólo en Jesús se cumplió. Todo está ya consumado: Jerusalén ha ya consumado su deicidio; se ha verificado el va– ticinio de Miqueas, que indicaba el nacimiento del Mesías en Belén; el de Oseas, que describía la fuga a Egipto; el de Isaías, Jeremías y de los demás que anunciaron el Redentor del mun– do, están cumplidas. Cristo obedeció al Padre desde el nacimiento hasta la muerte. Predic6 la doc;trina evangélica, fundó el apostolado y la Iglesia, los sacramentos; operó hi. redención co– piosa y podía exclamar: Todo está consumado; no hay más que hacer. Está verificada la Nue– va Alianza. No hay más medios para convertir al mundo. No hay otro Mediador, ni otro Sacer– dote, ni otra Víctima, ni otro Salvador. Todo está consumado. Adorámoste, Cristo, y te bendecimos, por– que por tu santa Cruz redimiste al mundo. - 369 - 24