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l. PRIMERA PALABRA Padre, perdónales, porque no saben lo que se hacen. Es un uso muy antiguo que cuando los Gran– des o Emperadores tomaban posesión de sus Reinos o Imperios hacían un acto de clemen– cia. Se concedía la amnistía y se soltaban los reos de las cárceles, o se disminuía el rigor y la duración de sus penas. Jesús, con su muerte, entró en la posesión de :su Reino. Regnavit a ligno Deus... Se olvida de :sí mismo, de sus dolores, y se dirige al Padre Eterno no para imprecar justicia o venganza, sino para implorar perdón y misericordia, ex– clamando: "Padre, perdónales, porque no sa– ben lo que se hacen" (1). Perdónales no sólo esta culpa, mas absoluta– mente todos los pecados sin reserva o excep– dón. Padre, no consideres que me matan, ex– cúsales, perdónales, para que no se pierdan. Los quiero ganar con mi muerte, comprar con mi :sangre... Palabra que hace veinte siglos que se repite y que tenemos necesidad de escuchar de los la– bios de un Dios. Esta palabra, pronunciada por un Dios moribundo, vale más que si hubiera re– sucitado a la vida temporal innumerables muer- (1) Luc., XXIII, 34. - 358 -

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