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En cierta ocasión que lloraba y se lamenta– ba amargamente, un amigo le preguntó el mo– tivo de su dolor. Francisco respondió: "Yo llo– ro la Pasión de mi Salvador crucificado, y qui– siera recorrer todo el mundo llorando sin aver– gonzarme y llenarlo del lamento por la Pasión de mi Señor." Y esto lo dijo con sentimiento· de dolor tan poderoso, que ,;;! amigo se echó a llorar también (3). Fr. Pacífico vió un día que la señal de la Tau brillaba sobre la frente del Santo (4). Fr. Monaldo vió también a San Francisco cru– cificado en cierta ocasión en que San Antonio predicaba de la cruz (5). Fr. Silvestre observó repetidas veces que una cruz de oro salía de la boca del Santo, cuya cima llegaba al cielo, y los. brazos se extendían hasta los confines de la tie– rra (6). En 1224, cerca de la Exaltación de la Santa Cruz, en el Monte Alvernia, recibió la impre-· sión de las cinco Llagas del Señor, y quedó transformado en un Segundo Cristo (7). Antes de expirar ordenó que se le leyera la Pasión de Jesús según San Juan (8). Franciscó· se mostró siempre un perfecto y auténtico ca– ballero de Cristo Crucificado. 13) Tres Soc., n. H: Ce!.. 11. n. 11. (4) Ce!. Traer. de mirac. cap. II. n. 3. 15\ Ce/., Jbíd. ((i\ Ce!., I!,íd. r-• Ce!., I. 11. 93-96: S. Ronav., Leg., cap. XIII. n. 3 .. (~) Ce/.. I. pars. !l. cap. I. n. 110. - 28 -