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QUINTA ESTACION JESÚS AYUDADO POR EL CIRENEO A LLEVAR LA CRUZ Te adoramos, Jesús mío, y te bendecimos, por– que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Considera, alma mía, cómo Jesús, debilitado de las fuerzas con dificultad, puede soportar el peso de la cruz. Los judíos, con falsa compa– sión, intentan aliviarle, obligando al Cireneo que le ayude. Jesús mío, por tu amor, dame la gracia para poder yo llevar con paciencia las adversidades cotidianas de mi vida. Señor, ten misericordia de mí y de to<i,los los judíos del mundo. Pater. A ve. Gloria. Quis non posset contristari Christi Matrem contemplari Dolentem cum Filio? SEXTA ESTACION LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS Te adoramos, Jesús mío, y te bendecimos, por– que por tu Santa Cruz redimiste al mundo. Considera, alma mía, cómo la Verónica, lle– na de compasión, limpia el rostro de Jesús y có- - 311 -