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tes, un jefe y maestro de los pueblos. Llamarás a los pueblos que te son desconocidos, y pueblos que no te conocen correrán a ti (13). f esús mismo indic6 el triunfo de su muerte: "Padre, glorifica tu nombre." Lleg6 entonces una voz del cielo: "Lo glorificaré y de nuevo lo glori– f irnré." La muchedumbre que allí estaba y oyó de– cía que había tronado; otros decían: "Le habló un .ángel." f esús respondi6 y dijo: "No por mí se ha dejado oír esta voz, sino por vosotros. Ahom es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será arrojado fuera, y yo, si fuere levanta– do de la tierra, atraeré todos a mí" (14). !esús, levantado sobre la tierra y clavado en la cruz, atraerá todas las cosas a sí mismo: a los jus– tos y pecadores, a los judíos y gentiles, a los negros y blancos, a los de cerca y a los de lejos, a todos los pueblos, a todas las naciones, a todas las razas, a toda la Humanidad sin excepciones. En el leño reina. Regnavit a ligno Deus. EJEMPLOS: San Pedro había ido a Roma para establecer allí su sede. Cansado y acobardado al ver las persecu– ciones, había determinado abandonar la ciudad, y salía ya de sus muros por una de las grandes vías que ponían en comunicacción la urbe con todo el mundo. Se le apareció el Divino Maestro, y Pedro (13) Is., LV., 3-5. (14) foann., XII, 28-32. - 299