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tres días resucitaré" (7). Sus palabras son infa– libles. Espera con paciencia y tus ojos verán al Resucitado. COLOQUIOS Dice el Profeta lsaías: "¿Quién creerá lo que he– mos oído? ¿A quién fué revelado el brazo de Y a– vé? Sube ante El como un retoño, como un retoño de raíz en tierra árida. No hay en él parecer, no hay hermosura que atraiga las miradas, no hay en él belleza que agrade. Despreciado desecho de los hombres, var6n de dolores, conocedor de todos los quebrantos, ante quien se vuelve el rostro, menos– preciado, estimado en nada." Pero fué él ciertamente quien tom6 sobre sí nues– tras enfermedades y carg6 con nuestros dolores, y nosotros le tuvimos por castigado y herido por Dios y humillado. Pué traspasado por nuestras iniqui– dades y molido por nuestros pecados. El castigo salvador pes6 sobre él, y en sus llagas hemos sido curados. Todos nosotros andábamos errantes, como ovejas, siguiendo cada uno su camino, y Yavé cargó sobre él la iniquidad de todos nosotros. Maltratada y afligido, no abri6 la boca, como cordero llevado al matadero, como oveja muda entre los transqui– ladores. Pué arrebatado por juicio inicuo, sin que nadie defendiera su causa, cuando era arrancado de la tierra de los vivientes y muerto por las iniqui– dades de su pueblo. Dispuesta estaba entre los im- (7) Matt., 27, 63. - 296 -
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