BCCCAP00000000000000000000737

María no abandonó a su Hijo hasta que no, le bajaron de la cruz. Luego que le coloca-· ron sobre su regazo, le cierra los ojos, le lim– pia la cara, le imprime dulces ósculos llenos de amor maternal. 4. Conformidad.-La voluntad de Dios es que nos hagamos santos (2). Conseguiremos este fin si hacemos la voluntad de Dios, cum– plimos con las leyes, obedecemos a las autori– dades, nos sometemos a las amorosas disposi– ciones de la divina Providencia en todos los acontecimientos de la vida. Ella ha fijado nues– tra vida y dispone de todo nuestro ser para lle– gar a la meta. A nosotros nos toca obedecer con humildad y rendimiento. Jesús y María nos dan ejemplos admirables, sometiéndose en todo a la voluntad del Eterno Padre. Jesús he– cho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (3). COLOQUIOS Unidos a María Santísima en su profundo dolor digamos al Hombre-Dios que yace muerto en su regazo: "Dios mío, ¿quién te ha reducido a ese estado? Tu amor por mí y mis pecados. ¿Quién ha causado esas heridas? ¿Quién te ha taladrado con esos clavos? ¿Quién te ha coronado con esas espi- (2) Matt., V. 48. (3) Fil., 11, 8. - 286 -

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz