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Cierto, alguna demostración de duelo darían. No podían asistir a una tal escena sin llorar y de algún modo lamentarse. 2. Las dolorosas.-Esta escena ha dado motivo a los artistas para esculpir o pintar las admirables dolorosas denominadas Piedades. Como la Pieta, de Miguel Angel, en San Pedro del Vaticano, que representa la Madre que sos– tiene sobre sus rodillas y sus brazos el exánime cadáver del Hijo. Un espectáculo expresivo que manifiesta al vivo los sentimientos de la heroi– ca Madre ante la Víctima del género humano. Otros cuadros manifiestan otras formas ex– presivas del dolor de María, cuyo corazón está atravesado con siete espadas. Así vienen revo– cados a la memoria los dolores de María. 3. Las tres horas de agonía.-María sufrió con Jesús las tres horas de agonía. No pudien– do morir con él, continuó al pie de la cruz has– ta prestarle los últimos servicios. Ella contem– pla las cinco llagas de los pies, manos y cos– tado, y las otras que se extienden por todo el cuerpo; las señales de las cuerdas con que le ataron en el momento de la traición y le con– dujeron ante los tribunales; las heridas de la flagelación y la corona de espinas que traspa– saron la cabeza; los esputos y la sangre que cu– bren sus miembros; las heridas de las rodillas por las caídas sufridas, y las espaldas desolla– das por el peso de la cruz. -- 285 -