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PENSAMIENTOS MISIONALES Jesús murió por todos. Derramó su sangre por todo el género humano. Con sus brazos clavados en la cruz abraza a todo el mundo. Jesús es el Media– dor único, el Redentor universal, el Sacerdote que se ofrece al Padre por nosotros. La Víctima expia– toria de todos los pecados, el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Con su muerte nos da la vida de la gracia y nos abre la gloria. Ahora, alma cristiana, extiende tu mirada por todo el mundo y considera cuántos millones de hombres hay que no conocen la redención de Cris– to. ¡Cuántos a los cuales no ha llegado su luz, su doctrina, su sangre salvadora! Es necesario mandar más operarios para que apli– quen los méritos de Cristo a las almas redimidas. Debemos trabajar para que su obra redentora sea universal en el tiempo y en el espacio. "El Padre nos libró del poder de las tinieblas y nos trasladó al reino del Hijo de su amor, en quien tenemos la redención y la remisión de los pecados, que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; por el que fueron creadas todas las cosa del cielo y de la tierra, las visibles y las invi– sibles, los tronos y las dominaciones, los principa– dos, las potestades, todo fué creado por El y para El ... Y plugo al Padre que en El habitase toda la plenitud y por El reconciliar consigo, pacificando - 278 -