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y diciendo esto expiró... (l). Los otros evange-– listas refieren otros pormenores. Para colocar al reo sobre la cruz usaban dos· procedimientos. 1. 0 Se plantaba el palo vertical de la cruz en la tierra. Sobre éste, el palo horizontal. Lue– go, con cuerdas, se colocaba el cuerpo del pa– ciente sobre el sedil o punto saliente, que tenía el palo vertical. Se clavaban las manos con enormes clavos en la parte horizontal, y des– pués los pies en el supedáneo de la parte verti– cal inferior. De este modo no se rasgaban las· manos con el peso del cuerpo. Con este sistema se explican mejor las palabras de los escritores· romanos: ascendere crucem, excurrere in cru– cero, inequitare cruci, requiescere in cruce. 2. 0 Otras veces se extendía sobre la tierra la cruz ya formada, y los ejecutores clavaban al condenado las manos y los pies. El uso ro-– mano era de cuatro clavos, poniendo los pies separados sobre un pequeño supedáneo. Los ar– tistas le representaban, en general, con tres cla– vos, poniendo uno a los pies sobrepuestos. Fi– jado bien el reo en la cruz, la levantaban en– alto y la dejaban caer sobre el agujero ya for– mado en la tierra. De uno y otro modo, el tor– mento era terrible. (1) Luc., XXlll, 33-46. 271 -